Las enzimas desempeñan un rol esencial en la agricultura y en el ciclo de nutrientes. La actividad enzimática del suelo es responsable de la formación de moléculas orgánicas que contribuyen a la estabilidad del ecosistema e intervienen en los ciclos del nitrógeno (ureasa y proteasa), el fósforo (fosfatasa) y el carbono (-glucosidasa), entre otros. Por ejemplo, la fosfatasa activa la transformación del fósforo orgánico en fósforo inorgánico asimilable por el cultivo. Además, la actividad total de los microorganismos edáficos se puede estimar midiendo la actividad de la deshidrogenasa, que nos da una idea global de la cantidad de energía en movimiento que hay en el suelo.
En el marco del proyecto S.O.S.-Suelo se han prospectado diversos agroecosistemas de especial relevancia para Aragón (cultivos extensivos en secano y regadío, olivar, viñedo, almendro, etc.) con el fin de evaluar cómo el manejo de estos sistemas ha afectado a la salud del suelo. Entre la larga lista de indicadores que se han usado para caracterizar el estado de salud de los suelos prospectados, las propiedades bioquímicas ocupaban un papel secundario debido a que el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) no tiene los recursos necesarios para llevar a cabo este tipo de determinaciones. Por ello, el CITA firmó un contrato con la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC) para abordar la determinación de actividades enzimáticas en los suelos muestreados dentro del proyecto S.O.S.-Suelo.
En concreto, se han determinado 6 actividades enzimáticas: ureasa, arilsulfatasa, fosfomonoesterasas alcalina y ácida, -glucosidasa y deshidrogenasa. Estas enzimas intervienen en los ciclos del nitrógeno, azufre, fósforo y carbono, respectivamente. Se han analizado 62 muestras de suelo provenientes de sistemas de cultivo extensivos (24 en secano y 8 en regadío) y leñosos (8 en almendro, 6 en olivar, 8 en viñedo y 8 en frutales). Se ha observado que, en los agroecosistemas de cultivos leñosos, el establecimiento de una cubierta vegetal incrementa la actividad de todas estas enzimas, mientras que, en los cultivos extensivos, la siembra directa aumenta esta actividad bajo condiciones de regadío, siendo menos claro el efecto en condiciones de secano.
Estos datos se deben poner en conjunto con el resto de indicadores utilizados dentro del proyecto para conocer la influencia global del manejo llevado a cabo en las diferentes parcelas sobre la salud del suelo. En los próximos meses, se publicarán los resultados obtenidos.