El suelo desempeña innumerables funciones (producción de biomasa, interacción ambiental, secuestro de carbono, soporte físico, hábitat biológico, reserva genética, etc.) esenciales para la vida en el planeta.
Por tanto, el conocimiento de los suelos de un territorio, de sus propiedades y sensibilidad frente al manejo que se hace en ellos resulta un factor clave para una correcta gestión de los recursos naturales.